En una escala global, el Mar Mediterráneo ("Mar en medio de la tierra") es sólo una "pequeña" porción de agua de 2,5 millones de kms cuadrados situada entre Europa, el norte de África y el suroeste asiático, y comunicada con el Océano Atlántico a través del estrecho de Gibraltar. Pero sus orígenes se remontan a la formación de los grandes océanos y juega un importante papel en la historia a través de la cual fenicios, romanos y griegos navegaron por sus aguas. Se trata del segundo mar interior más grande del mundo después del Caribe y alcanza su zona más profunda frente a la costa de Grecia a 5.121 metros bajo la superficie.
Constituye solamente el 0,3% del volumen de agua de la tierra y sin embargo alberga alrededor de 12.000 especies en su interior, lo que supone entre un 10 y un 18% del total de las especies marinas del planeta, lo que le confiere un enorme valor ecológico.
Los habitantes del Mediterraneo de hoy son en su esencia especies procedentes del Océano Atlántico que han tenido que adaptarse a las particulares condiciones de las aguas mediterráneas. Así, las leves mareas, el alto grado de evaporación y algunas otras características, han generado un gran número de endemisnos específicos.
En nuestro Mediterráneo encontraremos el fructífero ecosistema de la Posidonia oceanica declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, históricos barcos hundidos, cuevas interminables, reservas marinas plagadas de vida o amplias zonas de observación de cetáceos que harán las delicias de los buceadores que lo visiten.